Por Héctor Torres
En lo que concierne a las elecciones por los ayuntamientos, sin duda alguna, Morelia es la joya de la corona para cualquiera de los partidos involucrados en los comicios del presente año y que van con todo por la presidencia municipal de la capital michoacana.
No hay tregua alguna, los candidatos se dan con todo, legal y legítimamente hablando; se señalan, uno a otro, poca eficiencia en los cargos que han ostentado, pero, son Alfonso Martínez Alcázar y Carlos Torres Piña, los receptores de los más agrios señalamientos. Y eso no es gratuito, ambos cuentan con las mayores posibilidades de alzarse con el triunfo y mutuamente se denigran, políticamente.
Alfonso Martínez Alcázar, va por la reelección y en ese proceso está el primer señalamiento en su contra. Se pronunció por hacer a un lado a los partidos políticos, sin ellos es mejor, dijo, y ahora se pone el gabán del PAN y del PRD, obviamente, con el objetivo de ganar, porque como independiente no le alcanza.
Malos manejos en su administración, elevación de los precios de los insumos adquiridos, corrupción, moches para la adjudicación de obras, “trabajar” en dos Morelias –la de los pudientes y la de los desposeídos, es decir la de los Altozano, Tres Marías, Chapultepec, el sur de Morelia; y la de las colonias populares, los del norte, los jodidos- son, entre otras, algunas de las acusaciones vertidas contra su administración.
Pero, sin duda, Guillermo Valencia Reyes, dirigente estatal del PRI, con la agudeza que le caracteriza sembró la duda sobre los, presuntos, ocultos y oscuros manejos al interior de la administración de Alfonso Martínez Alcázar.
En principio se habló de que irían juntos el PRI, el PAN y el PRD con Alfonso Martínez Alcázar, pero este no quiso ceder la sindicatura al tricolor para poder concretar esa alianza. Desde hace ya varios años hay una animadversión entre Poncho y Memo, y aunque hubieran ido juntos esa pugna no habría concluido, al contrario, Memo tendría en sus manos la posibilidad de demostrar la corrupción de la que acusa a Poncho y este tendría la oportunidad de demostrar la falsedad de los señalamientos de Memo. Al caerse la alianza, ninguno de los dos pudo acceder a esa eventualidad.
Memo abiertamente acusa a Poncho de impedir la alianza al negarse a ceder la sindicatura, pero, ¿qué papel juega la sindicatura en esa desavenencia entre Memo y Poncho?
El síndico, o la síndica, tiene, dentro de sus atribuciones, encargarse de los temas financieros y legales del municipio; garantizar la transparencia y eficiencia en el manejo de los recursos públicos; supervisar ingresos y gastos; gestionar contratos y licitaciones; la rendición de cuentas ante la ciudadanía; velar por el uso correcto de los recursos públicos y garantizar la transparencia de las acciones municipales.
Con esas funciones de la sindicatura, ¿Alfonso Martínez Alcázar se negó a dejar esa área municipal en manos del PRI para resguardar y mantener ocultos los malos manejos de su administración –corrupción- de los que lo acusan?
Por lo expuesto por Memo Valencia, parece que esa es la razón. “Alfonso fue muy soberbio, no sé porque se niegue –negó- al tema de la sindicatura, que habrá, no sé qué se esconda, no sé qué tipo de intereses se muevan ahí en el ayuntamiento de Morelia como para no permitir que otra fuerza política encabezara la sindicatura”.
Y ya en campaña, las dudas sobre la limpieza del proceder de Alfonso Martínez Alcázar, genera muchas dudas sobre la transparencia en el manejo de los recursos. Hay organizaciones de taxistas a cuyos integrantes les ofrecieron “perdonarles” la frecuencia a cambio de portar posters con la imagen de Poncho en el parabrisas trasero. ¿Si eso nos dan a nosotros, cuánto se están llevando los dirigentes?, dicen. ¿Este gasto se reporta al INE o es por debajo del agua?, esa es la duda.
Enfrente, Carlos Torres Piña está respaldado por el andamiaje del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Figura dentro de los que pueden ganar la presidencia municipal de Morelia. Las encuestas lo ubican, como marca, por encima de Alfonso Martínez Alcázar.
Sus adversarios políticos le reprochan no ser nativo de la capital michoacana, y, en consecuencia, le recalcan, desconoce los problemas y potencialidades del municipio. Torres Piña es originario de Paracho, pero con alrededor de tres décadas viviendo en Morelia, y, responde a su detractores, conoce de pe a pa la capital michoacana.
Esa es una de las complicaciones que enfrenta Torres Piña, la otra es interna y, quizá, la de mayor peso en su contra; muchos morenistas consideran que su candidatura tiene origen en Palacio de Gobierno, es decir, es una imposición de Alfredo Ramírez Bedolla y eso influiría negativamente en su captación de votos.
Pese a esos inconvenientes, algunas encuestas lo dan como ganador y, por la marca Morena, está arriba de los otros partidos y esto es algo que el propio Alfonso Martínez alcázar admite.
¿Y Ana Lilia Guillén Quiroz? Hay quienes suponen que ella, al apuntarse como candidata no registrada a la alcaldía de Morelia le restará votos a Carlos Torres Piña. Ana Lilia aduce que en el Morena no la tomaron en cuenta para la elección del candidato, de ahí su determinación de postularse, pero carece de la convocatoria suficiente para representar una piedra en el zapato para Torres Piña. No quisiera pensar que se anotó para seguirle el juego a Alfonso Martínez alcázar, pero….
En los peldaños de la escalera electoral, René Valencia Reyes, candidato del PRI a la alcaldía moreliana, está dentro de los tres escalones de arriba. Con un perfil social, René Valencia puede quitarle votos al Morena y a la alianza PAN-PRD que respalda a Alfonso Martínez, sobre todo al partido amarillo que cada vez se destiñe más y esta elección pudiera ser su sepulcro.
La inseguridad es un tema que evade, constantemente, Alfonso Martínez Alcázar, sobre todo en el tema de los homicidios, situación que ha sido el baluarte de René Valencia Reyes quien, cobijado por Revolución Social, ha mantenido en jaque a los delincuentes “a los angelitos”, como él les llama.
Por esa razón muchos, muchísimos votos del Morena y, sobre todo, del PRD, se irán al PRI. Mención aparte quien contra viento y marea la candidata de TiempoXMéxico va «puchando» con fuerza a pasos agigantados buscando colocarse dentro de los primeros lugares y así, también, salvar el registro del partido.
El resto de los candidatos son simples espectadores de la pugna, en el buen sentido de la palabra, entre los citados anteriormente, Movimiento Ciudadano con Héctor Ayala Morales, deberá esperar al 2027 para ser más competitivo, y al Partido Encuentro Solidario (PES), con Gilberto Pizarro Hernández, no le queda más que rezar para que se mantenga en el escenario político y siga siendo el instituto familiar que manejan Eder López García y su señora madre, Luz María García García.
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