Isidro Galicia/ Ágora Politica
Habrá que vivir en Venezuela. Pero la crisis política que vive el país sudamericano, es una crisis vigorizada por los intereses históricos de Estados Unidos en América Latina. Venezuela es hoy un territorio codiciado por las fuerzas conservadoras y del exterior. Un territorio confrontado ideológicamente por dos visiones de país. Pero que nadie niega el conflicto, ahí está.
Desde la llegada del chavismo la vida social y política se polarizó en Venezuela. Si bien, hay una abierta disputa política en el país, donde Nicolás Maduro es acusado de golpista y dictador, la agitación social de los grupos opositores, rebasa los propósitos de reinstaurar la democracia por la vía pacífica. El choque violento de las manifestaciones públicas, colocan al movimiento opositor bajo sospecha, aunque las demandas sean legítimas.
Abril ha sido uno de los meses más caóticos y críticos desde la llegada de Nicolás Maduro a la presidencia de Venezuela. La polarización política en el país podría orillar a Maduro a dialogar con la oposición en un consenso condicionado. Bajo un contexto rebasado que les permitirá a las fuerzas opositoras colocarse, un paso adelante en la búsqueda de la legitimidad y de la razón. Hoy, Venezuela vive un momento de gran tensión, la Revolución Bolivariana se debilita.
Después de años de políticas depredadoras y neoliberales, o los llamados ajustes económico de los años 80’s y 90’s, derivó en la crisis del sistema gubernamental de Venezuela, y del mismo modo, la aparición de Hugo Chávez Frías. Ayer, el activo político más importante de Chávez fueron las fallidas políticas económicas, que motivó la recuperación económica mediante una política de nacionalismo revolucionario.
El movimiento conservador se fortalece en Venezuela. El regreso y la instauración de un régimen con un matiz neoliberal se avizora. El fin de una era revolucionaria en lo social, económico y político se encuentra en un punto de quiebre. La historia y legado de la Revolución Bolivariana, será juzgado por el pueblo venezolano. Pero usufructuado por quienes impondrán nuevamente el modelo de rapacidad económica. La vuelta al conservadurismo será cuestión de tiempo.
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