Isidro Galicia/ÁGORA Pública
El pragmatismo del universo político mexicano diluyó la idea antitética de la derecha y la izquierda, como lo planteaba Norberto Bobbio, politólogo italiano. Los partidos de la Revolución Democrática y Acción Nacional sellaron una nueva ruta electoral, donde los valores ideológicos se confunden para conformar un frente amplio opositor, según sus dirigentes, en contra del PRI. A unos días de celebrarse los comicios en el Estado de México, el pernicioso anuncio deja múltiples sospechas, de los propósitos democráticos genuinos de ambos partidos.
Por dos siglos, uno de los valores históricos de la izquierda es el tema de igualdad. Del cómo la derecha lo concibe y la izquierda lo interpreta. Hoy, México es más desigual que antes. Las desproporcionadas cifras de pobreza y marginación, hacen de la nación un lugar con acentuada desigualdad, como insultante las condiciones de vida de la población mexicana. Ante el pragmatismo electoral, la izquierda en México, decide acudir a una alianza política con el opositor natural de la igualdad, y de la propia distribución equitativa de la riqueza, como lo es el PAN.
Ambas instituciones políticas, son antitéticas ideológicamente. Los separa los campos conceptuales, políticos y culturales. ¿Por qué el PRD decide aliarse con un partido que ve en la desigualdad como algo que no debe eliminarse? Son muchas las preguntas sin respuesta. México entró a uno de los escenarios de mayor conflicto político, la elección en el Estado de México y los comicios presidenciales del 2018. Ambas elecciones, determinarán las condiciones en las que competirán el PRD y el PAN, y desde luego el PRI. Hoy, un factor llamado Morena, moverá los escenarios.
El PRD y el PAN definieron ya su ruta. Nuestro país continuará su paso hacia la desigualdad social y económica. Los frentes políticos anunciado por el Sol Azteca y Acción Nacional, presagian que la elección presidencial del 2018 arrojará como resultado comicios inequitativos y desiguales. En un sistema parlamentario es válido la suma de las visiones y de los proyectos nacionales. En el caso mexicano, el PRD y PAN decidieron mantener la desigualdad, como una condición que garantiza sus propósitos como partidos. La pobreza y marginación pueden esperar, son tiempos electorales. La sociedad mexicana tendrá la última palabra.
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