Desde sus paralelismos con Lázaro Cárdenas y las dudas de que pueda cumplir su promesa de acabar con la corrupción, The Economist y The Atlantic dedicaron un espacio en sus respectivos medios para analizar la trayectoria de López Obrador.
Dos de las revistas de corte liberal más influyentes de Estados Unidos y Gran Bretaña, calificaron al presidenciable Andrés Manuel López Obrador como un «populista de izquierda», cuya promesa de acabar con la corrupción genera dudas, a pesar de que los malos resultados de los últimos gobiernos lo han impulsado como el preferido de los mexicanos en las encuestas rumbo a las elecciones de 2018.
Esta es la visión con la que dos artículos en las revistas The Economist y The Atlantic revisan la trayectoria del político tabasqueño.
«La esencia del atractivo de López Obrador: una creencia radical en sí mismo, lo que algunos han llevado a llamar un complejo mesiánico. Pero también es esta promesa -de que todo estará bien una vez que esté en el poder- es aquello que los críticos denominan como su trágico error», afirma The Atlantic en un artículo titulado El salvador populista de México puede ser demasiado bueno para ser cierto.
López Obrador debe su popularidad, en gran parte, a los fracasos de los últimos tres presidentes de México».The Atlantic
«El PRI había gobernado México durante 70 años, pero después de dos décadas de confusión económica, en 2000, dio paso al Vicente Fox del PAN y luego a Felipe Calderón, ante quien López Obrador perdió en 2006 por muy poco. Un profundo sentido de esperanza, tanto para la democracia renovación y resurgimiento económico, acompañaron el ascenso del PAN. Pero el partido no cumplió, y bajo Calderón, México descendió a una sangrienta guerra contra las drogas cuyas víctimas eran predominantemente las más pobres del país. En 2012, México eligió a Peña Nieto, lo que hizo que el PRI volviera al poder, pero su administración ha tropezado de un desastre al siguiente», agrega la revista con sede en Boston.
Entre las críticas a la gestión de López Obrador como jefe de Gobierno de la Ciudad de México, The Atlanticcita el testimonio de Edgardo Buscaglia, experto en temas anticorrupción que ha cuestionado la manera en que el ahora líder de Morena se negó a implementar un programa de auditorías ciudadanas con el que la gente tuviera un mayor control sobre el gasto público.
«Cuando López Obrador llegó por primera vez a la oficina en busca de nuevas ideas, su personal recurrió al analista legal y económico Edgardo Buscaglia, quien sugirió la creación de juntas de auditoría pública. Buscaglia, ahora investigador en la Universidad de Columbia, contó que le dijo al equipo de López Obrador que, al darle a los ciudadanos la oportunidad de revisar los gastos del gobierno, podrían disuadir la corrupción y renovar la confianza en el gobierno local», señala el texto.
«Pero cuando el equipo de López Obrador regresó a Buscaglia con una respuesta de su jefe, señaló que le dijeron que las juntas daban ‘mucho control a la gente’ y que el alcalde podría hacer un mejor trabajo para combatir la corrupción por su cuenta. Parecía contradictorio con la imagen que López Obrador había desarrollado como el defensor del pueblo, pero según Buscaglia, esto se debe a que López Obrador no es el revolucionario dedicado a las reformas democráticas que él afirma ser. En la mente de Buscaglia, López Obrador dejó la corrupta jerarquía de la Ciudad de México intacta para poder manejarla para su propio fin», afirma la revista.
Sin embargo, la revista estadounidense reconoce que la gestión de López Obrador al frente de la Ciudad de México le generó una aprobación popular de 84%, lo cual le dio una enorme fuerza para el proceso electoral de 2006.
«A pesar de que López Obrador no terminó con la corrupción en la Ciudad de México, gracias a su agenda pragmática, dejó la oficina del alcalde en 2005 con un 84% de aprobación, éxito que convirtió en casi un triunfo para el presidente en 2006. Al perder, inmediatamente condenó el voto como fraudulento, llamando a los partidarios de bloquear el centro de Ciudad de México durante 6 semanas», agrega el texto.
Por otra parte, la revista británica The Economist, estableció algunos paralelismos entre la visión de López Obrador con la del expresidente Lázaro Cárdenas, al afirmar que ambos comparten ideales similares que dejaron un legado duradero en México. Una situación que, sin embargo, contrasta con los métodos que cada uno ha utilizado para lograr sus objetivos, según un texto titulado El candidato presidencial de México no entiende a su modelo a seguir.
The Economist señala que de los tres ejemplos a seguir mencionados por López Obrador (Benito Juárez, Francisco Madero y Lázaro Cárdenas), el general michoacano recordado por la expropiación petrolera y el reparto agrario, construyó su legado en instituciones fuertes que dieron origen al PRI.
«El señor López Obrador parece entender mal cómo su ídolo dejó un legado tan duradero. Cárdenas tenía un agudo sentido de lo que su hijo, Cuauhtémoc, ha llamado ‘la distinción entre lo popular y lo populista’. Tata Lázaro buscó reducir la división social, no aumentarla. Rara vez incitaba al odio contra los rivales y perdonaba a 10 mil personas que se habían levantado contra el Estado. López Obrador, por el contrario, es menos aficionado a los gestos unificadores», cuestiona la revista británica.
También menciona que, a diferencia de lo que ocurrió con Cárdenas, el próximo presidente de México enfrentará una relación mucho más tensa con su contraparte estadounidense.
«Cárdenas basó su expropiación petrolera en cálculos geniales y celo nacionalista. Anticipó correctamente que Franklin Roosevelt sería cauteloso de conducir a México hacia Alemania, asegurando que cualquier represalia sería limitada», señala el texto.
«Si es elegido como presidente, López Obrador se enfrentará a un antagonista mucho más iracundo. En febrero, describió a Donald Trump como un «neofascista irresponsable», algo que es poco probable que olvide el irascible presidente estadounidense», apunta la publicación.
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