WhatsApp, la aplicación de mensajería propiedad de Facebook y que tiene la privacidad de su sistema de encriptado (cifrado) como principal reclamo, ha reconocido haber sufrido un ataque informático que, sin intervención del usuario, ha permitido el acceso a los datos a través de un programa espía. La compañía ha reconocido la vulnerabilidad detectada y ha pedido a los 1.500 millones de clientes que actualicen la aplicación para evitarlo. Facebook ha señalado a la empresa israelí NSO como origen del ataque, pero ésta ha negado su implicación.
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