Por Héctor Torres
El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) contempla en sus estatutos dejar un porcentaje de las candidaturas a puestos de elección popular a aspirantes externos, es decir que no sean militantes, pero no significa que se le abran las puertas a arribistas y en este caso, arribista, se encuentra Mariana Sosa Olmeda, rectora de la Universidad Latina de América (UNLA) que se registró como aspirante a la diputación federal por el Distrito 8 de Morelia.
Los antecedentes hunden a Mariana Sosa Olmeda; cercana a Alfredo Castillo Cervantes, un personaje que le hizo mucho daño a Michoacán, estado que aún no se recupera de la nefasta influencia del conocido coloquialmente como El Virrey. Alfredo Castillo Cervantes incrustó a Mariana Sosa Olmeda como directora del Dif-estatal y cuya presidenta era Catherine Rose Ettinger, esposa del títere Salvador Jara Guerrero. Como directora del Dif-estatal, Mariana Sosa Olmeda violento los derechos de niñas de casa-hogar al negarles su derecho a elegir quién podía visitarlas. Mariana Sosa Olmeda y una procuradora de la Defensa del Menor, llamada, si no mal recuerdo, Lilia Jacobo Dimas, y la presidenta del Dif-estatal, Catherine Rose Ettinger, formaron un trio que hizo todo, menos garantizar los derechos de las niñas que tuvieron la desgracia de caer, en ese tiempo, en una casa-hogar. Con esos antecedentes era más que obvio que Mariana Sosa Olmeda necesitaba de cómplices para ir tras su ambición personal de ser legisladora federal y los encontró en dos sujetos igual de nefastos: Raúl Morón Orozco y Alfredo Ramírez Bedolla. Raúl Morón Orozco conoce bien la trayectoria de Mariana Sosa Olmeda y no dudó ni tantito en subirla a su carro proselitista. ¿Raúl Morón Orozco debe algo a Alfredo Castillo Cervantes o por qué está impulsando a la rectora de la UNLA? El que sorprende por apoyarla es Alfredo Ramírez Bedolla, quien se asume como un verdadero morenista, puro, pero es puro arguende porque está demostrando lo contrario al apoyar a Mariana Sosa Olmeda en perjuicio de verdaderas morenistas, fundadoras y consejeras de ese partido, y que están casadas desde hace años con el proyecto transformador de Andrés Manuel López Obrador. No son arribistas ni tienen los negros antecedentes de Mariana Sosa Olmeda. Pues de cara al proceso electoral de junio próximo se dan la sucia mano Porki, Cicerón y Petunia en una alianza que va en contra de verdaderas morenistas.
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