En México se precisa una cruzada nacional en defensa de las mujeres, de manera que los índices de violencia que se han venido registrando tengan un combate frontal y eficaz, recalcó la diputada Fanny Arreola Pichardo, coordinadora de la Representación Parlamentaria de la LXXV Legislatura del Congreso del Estado.
La diputada por el Distrito de Apatzingán, apuntó que el alza en los casos de feminicidio en nuestro país es un tema que mantiene en vilo a la sociedad, y motivo de repudio y exigencia, sin que se observe hasta el momento una reacción determinada al respecto por parte de los Gobiernos en lo de federal y estatal.
“Mientras no se asuma una corresponsabilidad clara y eficaz entre los diferentes niveles de Gobierno y los Poderes Públicos para atender este flagelo, las mujeres van a seguir perdiendo la vida”.
Por ello, la legisladora consideró la urgencia de una cruzada nacional en donde dejen de estar desarticulados los esfuerzos y los recursos públicos, de manera que el Estado Mexicano dé de una vez por todas, una respuesta puntual a la situación que priva hoy día.
“El grado de violencia y perversión con que mujeres están siendo asesinadas en nuestro país, es verdaderamente aterrorizante, como lo es también la indolencia y las omisiones que desde el ámbito público se están dando para atender este problema”.
Apuntó que en la medida en que Ejecutivo, Legislativo y Judicial federales y estatales siguen haciendo como que hacen para atender el problema, se seguirán contando por decenas las muertes diarias de las mujeres.
“Es aberrante pensar en la indolencia de las autoridades frente a una situación como la que enfrentamos, por ello, cada uno de los que tenemos en nuestras manos una responsabilidad pública debemos asumirla a plenitud y hacer lo que estamos obligados para combatir con eficacia el problema”.
Fanny Arreola apuntó que el grito de las mujeres, de sus familias y de sus seres queridos frente a los feminicidios, desapariciones, violaciones, y violencia que sufren día a día, no puede permanecer ya como un eco que se olvida tras concluir alguna movilización o protesta, sino que debe generar una reacción pronta, efectiva y contundente.
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