Morelia, Mich., abril del 2023.- Durante la presentación del libro Reorientación del Derecho Penal en México (No al Derecho Penal del Enemigo) de la autoría del doctor Félix López Rosales, se destacó la importancia del mismo, por la temática que aborda, como texto de lectura obligada para el público en general, para abogados, estudiantes y de cabecera para usarse en las escuelas.
Elvia Higuera Pérez, subsecretaria de Derechos Humanos y de Población de la Secretaría de Gobernación, recordó los momentos de lucha por lograr cambios en la política social que experimentó al lado de Félix López Rosales, con quien han estado inmersos en movimientos sociales y políticos; los conocimientos que le compartía en la Facultad de Derecho donde pensaban que otro mundo es posible, en lograr otra realidad de justicia, de mayor igualdad y libertad para todas las personas y que todo ello es una posibilidad por la cual se debe seguir trabajando.
Tras reconocer en Félix López Rosales un ser humano maravilloso, con calidad y ética profesional, un académico comprometido que conjuga en la obra, Reorientación del Derecho Penal en México, en la que expone una serie de teorías y conocimientos forjados en la experiencia.
Es una obra, agregó, muy interesante que critica al sistema de justicia penal que ha sido insuficiente para responder a las problemáticas sociales, a muchos fenómenos presentes en estos momentos como las desapariciones y los feminicidios que no han encontrado respuesta para su disminución a través del incremento de las penas.
Habría que replantearse políticas de prevención más integrales como la apuesta del Estado a la disminución de la comisión de delitos, más que por el castigo o por el incremento de las penas.
Indicó que el libro se pregunta si en realidad el aumento de las penas lleva a la baja el número de delitos, y sugiere que para disminuir los delitos es preciso generar condiciones de mayor igualdad social, mayor justicia distributiva en términos económicos, mayor acceso a un estado de bienestar, de manera que todo eso influya, como una medida eminentemente preventiva, en la disminución de los delitos.
Higuera Pérez destacó que el maestro Félix, de manera muy valiente, en su obra pone sobre la mesa de análisis de qué tan efectivo ha sido el sistema de reinserción social; habla del narcoestado que, aunque no se quiera ver, ahí está, y del reclutamiento forzado de jóvenes y adolescentes por parte de la delincuencia organizada.
Leyó, textual, un párrafo de Reorientación del Derecho Penal en México: “Para una sociedad justa y con menores índices de criminalidad tenemos que ser buenos padres, excelentes y cultos maestros, gobernantes honestos –yo agregaría, puntualizó Higuera Pérez, y éticos, porque cómo hace falta en la administración pública-, buenos ciudadanos y contar con un Estado de Derecho sólido”.
Higuera Pérez expresó que si no se aborda la comisión de delitos con una visión integral que corresponde a todos va a ser muy complejo que el Derecho Penal pueda ser la respuesta a todas las problemáticas “que tenemos como sociedad”.
A su vez Luis Gerardo Gaytán Orozco, docente del IUP, también comentarista del libro, indicó que la obra de Félix López Rosales es muy importante y la recomendó para el público en general, para abogados en formación y los que ya tienen camino andado y para estudiantes.
Es, destacó, un libro de cabecera y “yo lo usaré en clases porque me permite acercar a los alumnos a cuestiones teóricas que muchas veces son dejadas de lado por lo extenso que es el Derecho Penal”.
El libro, agregó, es un compendio de años de experiencia en la función pública, en cargos que hacen que la crítica, contenida en la obra, que se hace al sistema sea aguda.
Habla de sí realmente el aumento de las penas sirve para contener el delito y cómo el Estado genera leyes especiales para los que considera sus enemigos, contra e secuestro y delincuencia organizada que hacen evidente que sí existe el Derecho Penal del enemigo en México y que el Estado ejerce de manera autoritaria, con contravención a los derechos humanos, la capacidad que tiene para castigar, pero en la realidad la pregunta es clara, ¿sirven las penas altas para desmotivar al delincuente, realmente está funcionando la manera en la que el Estado está abordando el problema, realmente se trata de castigar más?
Gaytán Orozco, señaló que le han mencionado que en México se haga lo que ocurrió en El Salvador y se meta en la cárcel a todos y no importa. Pero, realmente todos tienen que ver y cuando no hay un proceso justo cuando no hay garantías, cuando no hay un derecho fundamental que ejercer, “pues entonces estamos a merced de funcionarios; ahí están las instituciones, existe una Fiscalía, los centros de reinserción, existen todos los aparatos de gobierno”.
El problema es que los manejamos humanos, puntualizó y agregó que las layes protegen, “no podemos quejarnos de la Constitución, más que en ciertos aspectos como el que acaban de declarar de la prisión preventiva oficiosa, pero la mayoría de lo que está contenido en la Constitución es en beneficio de todos, pero el problema es que lo manejamos humanos con distintos valores, con distintos intereses y el problema es cuando se toma la decisión de dejar de lado el bien común por el bien personal”.
Y en este caso, “yo les puedo asegurar que tanto el secuestrador como el político como el funcionario corrupto tienen el mismo fin, crecer la cartera, crecer el poder adquisitivo, tener dinero”.
Se critica al Estado por todo, pero nunca se critica a la sociedad y una reflexión muy importante que hace en este libro y el maestro Félix; somos las leyes que tenemos, el Estado que tenemos es el resultado de la sociedad que nosotros somos.
La responsabilidad entera no es del Estado, es de nosotros, desde el hogar, desde nuestra casa, desde cómo enseñamos a nuestros hijos, desde los que les ponemos para que ellos puedan elegir y dejamos de lado la educación, las oportunidades de trabajo, “entonces nosotros, los procesalistas, nos vemos inmersos en este tipo de cuestiones donde sabemos que hay fiscalías, no nada más en Michoacán en todo México, que parecen ser tiendas de sastres donde se tejen a la medida las carpetas de investigación”.
Es importante, finalizó, el estudio y la reflexión de todo lo que propone Reorientación del Derecho Penal en México y las referencias que da y que estamos obligados, como sociedad, a enseñar a nuestros hijos a decidir sobre qué sí y qué no debe aceptar, porque si no, eventualmente dejaremos de ser mucho más los buenos y si ahorita nos quejamos de un Estado autoritario, espérense después.
Luego de agradecer el apoyo de su familia y la presencia de amigos, alumnos, ex alumnos, compañeros y ex compañeros de trabajo Félix López Rosales expresó “ya me dejaron sin decir nada de la obra”, en alusión a los comentaristas que desmenuzaron su libro –demostrando que lo leyeron a detalle- y agregó que lo escribió como un proyecto dentro del doctorado y fueron muchos años porque había que actualizarse día a día.
Señaló que toda la problemática social se quiere resolver por el Derecho Penal y hay otras leyes como las civiles, las familiares, mercantiles, administrativas, y puntualizó que el Derecho Penal está creado, pensado y formado para castigar a los delincuentes.
Mencionó que el Estado ha abusado, también, del Derecho Penal y hay límites que deben observarse y aplicarse para que el actuar de la autoridad no violente los derechos humanos y las garantías procesales de las personas que han cometido algún delito.
Habló López Rosales de un Derecho Penal del ciudadano y de un Derecho Penal para enemigos.
En el primero de los casos, especificó, “hablamos de un derecho para el ciudadano que aun presenta una mínima esperanza de reinsertarse a la sociedad porque ha comprendido que cometió un delito y a ese hay que tenderle el petate con todas sus garantías, con respetarle todos sus derechos humanos”.
No es así, prosiguió, cuando se trata de los enemigos del Estado, los enemigos sociales “y en ese caso hablamos de la delincuencia organizada”.
Mencionó que se han aumentado las penas de prisión y el Derecho Penal del enemigo se vio en la reforma del 2008 y como sociedad hay que comprender que no todo se tiene que fincar en el Derecho Penal “tenemos que verlo también como familia, como sociedad”.
En su libro aborda temas como la violencia social, la violencia política estatal y el aparato gubernamental se vuelve contra quienes considera enemigos sociales y a los cuales hay que combatir.
También habla, dijo, de la justicia social, “no tenemos nada más que preocuparnos de la justicia ante los tribunales, sino también de esa justicia social para que en realidad se vaya cerrando más la brecha de las desigualdades sociales”, pero para eso “tenemos que trabajar todos para poder ir resolviendo esa problemática que día con día se vuelve más grande, cada día nos sentimos más inseguros y tenemos miedo de ser víctimas de la delincuencia”.
“Amo la procuración de justicia porque ahí me forme”, prosiguió, pero a veces también “el trabajo que realizamos deja mucho que desear; hablamos de la prevención del delito, la obligación de los cuerpos policiacos de prevenir el delito, pero a veces son ellos mismos los que los generan, los que los provocan, los que los cometen” y la crítica alcanza, en su libro, también a los jueces.
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