Por Héctor Torres
¿Para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo? Esto le queda perfectamente bien a Alfredo Ramírez Bedolla y a Carlos Torres Piña. Tras su fracaso en el periplo electoral que lo llevó a buscar la candidatura del Morena al Senado, que no obtuvo, y el premio de consolación para aspirar a la presidencia municipal de Morelia, donde fue derrotado, Carlos Torres Piña regresó a la secretaría de Gobierno. Y Alfredo Ramírez Bedolla, luego de siete meses de señalamientos del STASPE, por fin removió de la Comisión Forestal a Rosendo Caro. Esos, sin duda, son los cambios, hasta el momento, más importantes en el gabinete bedollista, y quien queda bailando es Elías Ibarra Torres al que movieron de la secretaría de Salud para que Torres Piña se fuera de aventurero electoral, y, a como se las gasta Alfredo Ramírez Bedolla, puede ser que Ibarra Torres se quede sin chamba.
El PES de pesca
Y quien le está prendiendo una valedora a todos los santos es Eder López García, dirigente estatal del Partido Encuentro Solidario (PES), para que las autoridades electorales repitan el proceso en los municipios de Lázaro Cárdenas, Charapan y Angangueo, así como en el distrito de Zitácuaro, para que el PES pueda captar los seis mil votos que necesita, según López García, para no perder el registro.
Eso es lo que, de acuerdo con Eder López García, es la posibilidad que tiene el PES para cachar los votos que le hacen falta, pero esa velita a la que se está encomendando el clan García García-López García choca con la realidad. No hay al interior del PES un personaje que les pueda acarrear sufragios.
El PES ha sido un instituto político que siempre está en el límite bajo, es decir más cerca de perder el registro que de crecer potencialmente; Eder López García calificó de atípica la elección del pasado dos de junio y denunció la intromisión del crimen organizado, para medio justificar el fracaso del partido morado.
Eso insinuó en un vídeo, pero se le olvidó reconocer, o no quiso hacerlo, que en los comicios del 2021 el PES consiguió una diputación gracias a un hombre, a Hipólito Mora; fue este gran líder social (qepd) quien le dio vida política al PES, y ahora, ya sin un personaje de ese calibre en sus filas, el PES está políticamente muerto y no hay, actualmente, en las huestes del partido morado nadie que lo pueda levantar.
Por cierto Eder López García debe una comida a dirigentes partidistas pues apostó con Ernesto Núñez Aguilar, en un debate televisivo, que el PES crecería más que todos los partidos estatales y perdió. Creo que los 40 mil pesos mensuales que gana como dirigente estatal del PES le alcanzan para costear la comelitona.
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