Por Héctor Torres
Y Alfonso Martínez Alcázar llevó a cabo su gira de medios para dar a conocer la importantísima noticia de la apertura a la circulación de la Avenida Lázaro Cárdenas y, por supuesto, para despotricar contra la administración anterior, así como para hablar de sus 100 días de gobierno y, como era de esperarse, resaltó como su gran logro, en ese periodo, la reactivación económica del Centro Histórico de Morelia, claro, nada más “gobierna” para ese lugar y se olvida del resto del municipio.
Por supuesto, no habló del alto índice de criminalidad en Morelia; los homicidios un día sí y otro también, los asaltos igual, los robos igual –aparte del robo institucional que realiza el ayuntamiento de Alfonso Martínez Alcázar-; de eso no habla y cuando toca el tema evade su responsabilidad al decir que los homicidios son competencia de la federación y con ello revictimiza a las personas agredidas al insinuar que son crímenes de la delincuencia organizada.
En el argot periodístico, sobre todo entre los voceros de los funcionarios, se conoce como gira de medios al hecho de que el servidor público visite o establezca contacto telefónico con periodistas, conductores de noticieros o locutores para hablar de un tema en específico, con preguntas a modo enviadas o pactadas con los periodistas para que no se salgan del guion.
Las “entrevistas” de gira de medios son, generalmente, pagadas por convenios de publicidad o, si este no se tiene, se desembolsa con lo que cobran, los medios de comunicación, con las tarifas oficiales o políticas, según el sapo es la pedrada.
De este tipo de “entrevistas” a modo, Enrique Alcázar sabe mucho así que mandó a su patrón, Alfonso Martínez Alcázar, a su girita de medios, obvio, con sus cuates, con los noticieros light que acatan a pie juntillas, sin cambiar una coma –ahora que está tan de moda por el presupuesto federal- del guion de preguntas que les mandan.
Y así, Alfonso Martínez Alcázar realizó su “girita de medios” con la certeza de que no se le cuestionaría sobre temas delicados para su administración.
Y si líneas arriba se habló del “robo institucional” del ayuntamiento, es porque desde que llegó Alfonso Martínez Alcázar al gobierno municipal soltó a la jauría que anda libre y cazando automovilistas y motociclistas para infraccionarlos o morderlos con la cooperación para el desayuno, la comida o la cena, según sea la hora del atraco.
La jauría anda brava y babeante en el Centro Histórico de Morelia, clavando sus colmillos en los autos y motos estacionados o circulando, para el caso es lo mismo, lo importante para la jauría es dejar su huella en una infracción o una lana, ¿para el erario municipal o para quién?
¿A la jauría la mandan con la orden de cubrir una cuota de infracciones? Sea cual sea la respuesta, la realidad es que, como nunca, esa jauría municipal, vestida de azul, anda tras su presa en cualquier lugar de Morelia, claro, dentro del libramiento, fuera de ahí es territorio estatal, pero, no en pocas ocasiones, la jauría municipal o invade para infraccionar, por supuesto, no para vigilar y brindar seguridad a la ciudadanía.
¿Vigilar y brindar seguridad a la ciudadanía?, ni pensarlo, eso es aburrido, es más lucrativo infraccionar y pedir la coperacha para el desayuno, la comida o la cena…., y de que son tragones, lo son.
Por lo pronto señor, señora, señorita y jóvenes automovilistas y motociclistas tengan cuidado, no vayan a ser ustedes la próxima presa de la jauría municipal a la que Alfonso Martínez Alcázar le quitó las cadenas.
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