Por Héctor Torres
El 2022 no apunta nada bien en lo económico. De entrada, para los morelianos, se viene una deuda de alrededor de 700 millones de peso que solicitó el nefasto Alfonso Martínez Alcázar –no sé cómo este inútil ganó la elección, lo ideal hubiera sido Marx Aguirre Ochoa-, quien, además, se aventó la puntada de pedir un aumento al servicio de agua potable y se le aprobó un nueve por ciento. Pobres morelianos a sufrir con el bolsillo. A eso habría que agregar la ineficacia en seguridad. Morelia, bajo el mandato de Poncho Pinocho es una ciudad violenta. Y bueno, la Policía de Morelia anda ocupada en repartir a diestra y siniestra infracciones para reunir una cantidad que le hace falta a Poncho Pinocho y su séquito de rufianes disfrazados de servidores públicos.
Y para colmo la 4T, con todo y la verborrea de la dirigente estatal del Morena, Giulianna Bugarini Torres, le dio tremendo golpe a la economía de los michoacanos que son poseedores de algún vehículo; el reemplacamiento de Alfredo Ramírez Bedolla es un letal gancho al hígado económico de los michoacanos.
Bien lo dijo o escribió Miguel Ángel Sandoval Rodríguez, ex dirigente del Morena, ”les dan millones; son estilo Silvano, gobernador y diputados fallaron; mierda de diputados; 40 ladrones; son una porquería; no sirven para nada y el gobierno no sirve para nada; cerdos”. El enojo de Sandoval Rodríguez se debe precisamente a la autorización del reemplacamiento. En lo que difiero con él es en lo de cerdos, ¿Qué culpa tienen los puerquitos para compararlos con esos dizque servidores públicos?, ninguna, habría que hacer una consulta para crear una nueva especie animal que defina a los políticos. Ningún animal de los existentes merece ser ofendido al compararlo con estos servidores públicos. Pudiera ser algo así como “merdam politicus” que pudiera traducirse como políticos de mierda.
El tamaño no importa Giulianna, sino la eficiencia.
Dice Giulianna Biugarini Torres que el Morena es el partido más grande de América Latina; pero hay que recordarle que el tamaño no importa sino la eficiencia en el trabajo.. y esta no ha sido la característica de ese movimiento una vez que ya está en el poder. El Morena grita en las calles, hace alboroto, pero esos gritos se vuelven silencio cuando ya es gobierno. Tal parece que el Morena nació para gritar siendo oposición y callar cuando es gobierno. Pura ineficacia, bueno cuando menos así es en Michoacán.
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