Han pasado 11 meses en que más de 120 docentes en activo y otros 200 que ejercieron dicha profesión en los ciclos escolares del presente año, no han recibido el pago de ni una sola quincena. Como siempre en México, la realidad supera la ficción.
Se tratan de profesionistas adscritos al programa educativo del Partido del Trabajo en Michoacán, mismo que tiene como objetivo el ofrecer educación media superior a jóvenes de escasos recursos desde hace más de 5 años, a través de sus preparatorias técnicas populares localizadas principalmente en zonas de alta marginación de las ciudades de Morelia y Ciudad Hidalgo. Al día de hoy, en todo lo que llevamos recorrido en el 2018, y a pesar de las posiciones legislativas obtenidas por el PT en los pasados comicios electorales, han denotado ausencia de poder o falta de interés, al no lograr el pago salarial de sus propios profesores, y eso sin contar los otros cientos de personas que laboran en alguno de los 11 Cendis que corren con la misma suerte.
¿Cómo pretende el PT en Michoacán ofrecer una educación de calidad e integral, buscar la justicia social y formar profesionistas? ¿Cómo pretende? Si ni siquiera puede cubrir los pagos salariales que, por Ley, UN TRABAJADOR RECIBE AL VENDER SU FUERZA DE TRABAJO, QUE RECIBE AL PRESTAR SUS SERVICIOS PROFESIONISTAS en un promedio de 8 a 16 horas semanales. Como se pretende aplicar un modelo educativo encauzado en los ideales de izquierda, criticando el neoliberalismo, la privatización de la educación en México, exigiendo el combate a la corrupción, denotando las injusticias sociales como el desempleo involuntario, el alza de la canasta básica o la depredación financiera, si ni siquiera protege los derechos laborales de sus propios trabajadores que usa y desusa para sus fines políticos de acarreo para llenar auditorios de una conferencia, cubrir la asistencia de los comités municipales y estatales del partido, y otras tanta actividades que en ninguna otra institución educativa exigen a sus maestros.
Hablemos en números…,
Actualmente cada alumno inscrito a alguna de las escuelas preparatorias del PT paga una mensualidad de 300 pesos, es decir, se recauda un promedio de 225 mil pesos mensuales de acuerdo a la matrícula de 750 alumnos inscritos y utilizando las cifras más bajas, pues cerca del 15 por ciento de los estudiantes reciben un porcentaje de condonación. Por otro lado, anualmente se recaudan cerca de 552 mil pesos por concepto de uniformes, y solo si contamos la adquisición del alumnado de nuevo ingreso y dejando a un lado la renovación de uniforme que, en promedio, cada alumno realiza cada año y medio, pues resulta que, a pesar de tener un costo promedio de mil 200 pesos para la adquisición de dos uniformes por alumno, éstos son de mala calidad. Y esto segundo lo menciono, pues es sabido por padres de familia y el propio alumnado que la venta del uniforme es monopolizada por un local que abre misteriosamente solo al inicio de cada nuevo ciclo escolar y es operado por las mismas personas del comité estatal del PT. Entonces, ¿A dónde se va todo ese recurso? Si se supone que el mantenimiento financiero de todo el proyecto educativo del PT como el pago de honorarios de los profesores y el personal administrativo, así como el mantenimiento de la infraestructura escolar, se liquidan por medio del presupuesto de egresos de la federación que el mismo partido gestiona. ¿A dónde se van esos más de dos millones de pesos al año que salen de nuestras cuentas hipotéticas más ligeras?, mientras actualmente más de 300 jóvenes, tanto profesores y ex profesores, no se benefician de sus derechos laborales.
Fuente: Revista Ultra Política
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