Por Héctor Torres
Completa la camada para ir de cacería de votos
Ya completa la camada –con la incorporación de Alfredo Ramírez Bedolla- que nació con la voracidad de la cruza de feroces felinos que tratan de arrebatar el voto a la ciudadanía para satisfacer su voracidad con el jugoso salario que, inmerecidamente, se llevan los funcionarios públicos, el proceso electoral ya rebasó un tercio de su tiempo y los candidatos son una comedia.
No es exagerado comparar a los aspirantes a suceder al rijoso Silvano Aureoles Conejo con felinos que están al acecho de su presa –la ciudadanía- para atacarla y despojarla de su más preciado manjar: el voto.
Claro, los candidatos no usan las garras de los felinos para cazar, es algo peor, es la mentira, son los compromisos que no van a cumplir, son las promesas del cambio que, muchos de ellos, han repetido en varios procesos electorales…., y cínicamente siguen mintiendo sin rubor alguno.
Parte de esa camada es Carlos Herrera Tello quien lleva tatuado el sello del gobierno de Silvano Aureoles Conejo, aunque ahora se quiera desligar del mismo; Herrera Tello, quien va por el PRD, PAN y PRI, tiene a su favor haber sido dos veces alcalde de Zitácuaro y lo destacado es que en la reelección obtuvo el doble de votos que la primera ocasión, algo sumamente difícil porque el ejercicio del poder desgasta y, generalmente, quien va por la reelección resta votos, no los suma.
Cristóbal Arias Solís es la imagen típica del marrullero de la camada, ese que trata de aprovechar la debilidad de otros para sentirse fuerte y ocultar su fragilidad.
En el debate de CB Televisión –y hablo del de CB porque el organizado por el IEM fue una bazofia en el que menudearon las mentiras, las buenas intenciones y compromisos irreales- Arias Solís se dedicó más a denostar al ausente y atacar con todo a los presentes. Según el sapo es la pedrada –o es el tamaño del miedo- y se fueron contra Morena y no hizo lo mismo con Abraham Sánchez Martínez, de Redes Sociales Progresistas (RSP), quien tampoco asistió al encuentro de candidatos de CB.
Por cierto, Abraham Sánchez Martínez es el bonachón de la camada, el que va al ahí se va, a lo que pueda cachar de lo que le dejen los demás.
Juan Antonio Magaña de la Mora, del Partido Verde Ecologista, es el nerd de la camada, inteligente, que les dio clases a los demás, sobre todo a Cristóbal al que prácticamente mandó a estudiar, pero esa intelectualidad no le alcanza.
Hipólito Mora, del Partido Encuentro Solidario (PES), es el luchón de la camada, el que ha vivido todo de lo que todos los demás creen saber, pero que hablan sin la experiencia que da el vivir todas las penurias. De eso el resto de los candidatos habla de oídas, Hipólito lo sufrió.
Mercedes Calderón, de Movimiento Ciudadano (MC), es la representante del género femenino en la camada; no es frágil, es fuerte, firme en sus convicciones. Sin embargo, le falta mucho para inquietar a las fieras que tiene enfrente.
Alfredo Ramírez Bedolla, del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) llegó de último momento a la camada, es el reservista que entra por el titular que fue expulsado y es una incógnita cómo habrá de caerle a la afición morenista.
Sea cual sea el desempeño de Ramírez Bedolla, la camada está completa y todos, todos, están afilando los dientes para darse un festín de votos, votos que le arrebatarán al ciudadano con mentiras y espejismo.
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