Miguel González Galván*
Los actuales son momentos de acomodos y reacomodos en el ajedrez de las actividades en el quehacer de la vida política nacional. Así que, los actores políticos se están moviendo de acuerdo a sus cálculos para obtener, por supuesto, los resultados deseables, mas esto no siempre sucede de esta manera; toda vez que, la política más que ser el arte de lo deseable, es sobre todo, la expresión del arte de lo posible. Las expresiones institucionalizadas de los posicionamientos ideológicos son, por su propia naturaleza, los partidos políticos; los cuales tienen, entre otras funciones, las de construir puentes de entendimiento, el acercamiento entre las partes y los arreglos institucionales para el funcionamiento del sistema socioeconómico y político. Los arreglos de la coalición promulgante que se dan entre los actores que convergen en la aprobación del andamiaje normativo, esto es, los arreglos entre los poderes legislativo y ejecutivo de la unión, que se han ido materializando en la 65 Legislatura del Congreso de la Unión; con ello se demuestra el oficio político de las dirigencias de las fracciones parlamentarias. Esto se patentiza en la aprobación de la Ley de la Revocación del Mandato, la Ley Orgánica de la Armada de México y la discusión del Presupuesto de Egresos de la Federación 2022, en función de su contenido. En la preparación de las mesas de diálogo con la Secretaría de Hacienda en las que se analizarán las prioridades y puntos de vista de cada fracción parlamentaria y en donde se pondrá a revisión el proyecto alterno de presupuesto que presentará la oposición. Los líderes de las fracciones parlamentarias de oposición en la Cámara de Diputados, Jorge Romero y Rubén Moreira de los partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional, en bloque han manifestado que, en general el “Proyecto de Presupuesto de Egresos 2022 del Gobierno de la Cuarta Transformación tiene buenas ideas, no todo -por supuesto- está mal”, al contrario “nosotros vemos con beneplácito las buenas ideas que la 4T ha hecho público y lo vamos leyendo en el paquete económico 2022”, de lo que se trata es de enfocar todo el esfuerzo para que el dinero de las mexicanas y los mexicanos sea en verdad para el beneficio de toda la nación.
En otras palabras, concluyen, “este país no se puede construir echándonos la culpa unos a otros, este México nuestro, se construirá, echándole la mano a la gente”, no estamos para ello, estamos para el diálogo, para la colaboración, para servir a México. En esta línea de construcción del arte de la política se ubica la oferta de parte del presidente López Obrador a los aún mandatarios estatales y próximos exgobernadores, Antonio Echevarría y Quirino Ordaz de Nayarit y Sinaloa en su orden, el primero para desempeñar un destacado encargo en la Federación y el segundo en el campo diplomático, como titular de la embajada de México en España. La crítica endilgada a estos personajes de la vida política no se dejó esperar, destacadamente de los partidos a los que supuestamente pertenecen; a Antonio Echevarría, su instituto político(el PAN), ha señalado que su proceder es típicamente una traición y una ingratitud, dado que para llegar a la gubernatura que dejará en días próximos, fue apoyado por ese partido; a ello, Echevarría contesta que, “sí acepta la invitación presidencial”, y para deslindarse del señalamiento, afirma que él “no ha militado en partido político alguno, por lo que no es correcto que se le señale de traición e ingratitud. Para el caso del sinaloense Quirino Ordaz, su deslinde del PRI, lo hace con una extraordinaria agudeza, cuando afirma que “la invitación fue a él, no al partido, al cual pertenece”, con tal declaración pretende quedar a salvo de toda crítica que se le pudiese hacer.
El proceder de los líderes parlamentarios como puentes de entendimiento para sacar adelante las reformas y el presupuesto, y la conducta oferencista del presidente López Obrador a los mandatarios locales al invitarles a colaborar en su administración, constituyen gestos positivos que se concretan en el marco de la política como actividad a que, imperativamente los gobernantes y los políticos están obligados a realizar con el objetivo de conducir y legitimar al gobierno y al estado mexicano.
* Doctor en Administración Pública.
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