Por Héctor Torres
Volteando hacia el pasado reciente no es difícil encontrar el motivo que tiene Silvano Aureoles Conejo para actuar con tanta cizaña en contra del gobierno federal, en concreto contra el presidente Andrés Manuel López Obrador. En el 2018 Aureoles Conejo de decantó abiertamente por el candidato del PRI, José Antonio Meade, y la derrota del priista acentuó el encono de Silvano.
Y aprovechando deshonestamente la pandemia del coronavirus comenzó un virulento ataque por todos los medios contra López Obrador. El objetivo de esos ataques, como el origen de su encono, no es difícil de dilucidar, Silvano busca recuperar un capital político perdido y que hoy lo tiene situado dentro de los gobernadores peor evaluados.
Y esto no es atribuible a López Obrador –a quien de ninguna manera pretendo defender, él se basta para hacerlo- ni a la federación, es la irresponsabilidad del propio Silvano Aureoles Conejo quien durante cinco años se la pasó viendo la geografía michoacana desde los cielos, desde un helicóptero.
Así no se puede gobernar y menos tener una buena impresión de sus gobernados y súmele que sus programas insignias, es decir Beca Futuro y A Toda Máquina, fueron un rotundo fracaso, además de que la inseguridad creció en su administración, pues ante ese desastre cómo diablos quiere que la ciudadanía tenga una buena impresión de su administración.
Hoy anda del tingo al tango tratando de componer lo que descompuso en un lustro; difícil su tarea porque ya nadie le cree y todos ven su desesperación por posicionarse y dejar la gubernatura en un incondicional. ¿Su hermano Antonio García Conejo?, ni pensarlo, es un polluelo y le falta mucho espolón. ¿Una alianza?, tal vez, pero como el PRD nada tiene que ofrecer a los otros partidos, el candidato sería de cualquier color, menos amarillo.
En el futuro se ven dos declives muy marcados, la virtual desaparición del PRD del arcoíris político y el de Silvano Aureoles Conejo quien, parece ser, trata de llegar a la dirigencia nacional perredista para seguir figurando, pero..
***
Quien se ha distinguido por emitir declaraciones absurdas es Antonio Soto Sánchez y recientemente se apuntó la tontería de decir que ante una virtual alianza entre el PRD y el PRI, dijo, palabras más palabras menos, que están evaluando hasta con lupa al PRI. No soy simpatizante del PRI –ni de ningún partido-, pero lo que dijo el nefasto Antonio Soto Sánchez es de risa, ¿qué tiene el PRD para ofrecerle al PRI? Nada, sólo la miseria de partido que ha dejado la desastrosa administración de Silvano y la terrible dirección de Juan Bernardo Corona Martínez. Con una alianza con el PRD, el PRI tiene mucho que perder y nada que ganar.
***
El contralor municipal Alberto Sánchez Cárdenas, sin un motivo que denote ineficacia o falta de conocimiento, fue removido de ese cargo y en su lugar llegó Norberto Bedolla Rendón que venía desempeñándose como abogado general del ayuntamiento de Morelia, función que cumplió, también, en el periodo de gobierno de Alfonso Martínez Alcázar. De esto se desprenden varias lecturas: Raúl Morón Orozco busca contar con un contralor carnal que le cubra las espaldas; Alfonso Martínez Alcázar pesa en el ánimo del gobierno morenista de Morelia, o Bedolla Rendón le cubrió muy bien las espaldas a Alfonso Martínez Alcázar y ahora Raúl Morón Orozco quiere tener de su lado a alguien que también lo proteja, lo cubra, porque como van las cosas es difícil que Morón repita en el municipio y llegar a la gubernatura es una locura que ni los colaboradores más cercanos se la creen.
***
Y las cosas no van bien para el ayuntamiento de Morelia con la renuncia del regidor Carlos Reyes Reyes a Morena. Si Reyes Reyes era un crítico severo de las políticas, sobre todo sociales, implementadas por Raúl Morón Orozco siendo militante de Morena, ahora que se alejó de este partido para adentrarse en las filas del PT, seguramente que los señalamientos hacia la administración de Morón Orozco serán más duros y ciertamente con justicia porque motivos da el gobierno del profe Morón.
Discussion about this post