Por Héctor Torres
No sorprende, en lo absoluto, la “noticia” de que Michoacán Primero se ofrezca a Alfonso Martínez Alcázar, al contrario, confirma que ese “partido” es un apéndice del alcalde de Morelia con licencia, y en pos de la reelección. Las piezas parecían separadas, pero en realidad era una simulación. Alfonso Martínez Alcázar ve en la presidencia municipal de Morelia un trampolín para alcanzar su ambición personal de llegar a la gubernatura de Michoacán.
A Michoacán Primero lo integran personas íntimamente ligadas a Alfonso Martínez Alcázar, empezando con su “presunto presidente”, Antonio Plaza Urbina, un político de media monta, ligado, desde siempre, a Alfonso Martínez Alcázar, de quien fue representante en la elección de 2015 y secretario de Efectividad e Innovación Gubernamental en la administración “independiente” de Martínez Alcázar.
Miriam Alarcón, quien aparece como secretaria general de ese partido, por su parte, no puede negar los nexos que tiene con Alfonso Martínez Alcázar, desde cuando éste cobraba como diputado en el Congreso local y, posteriormente, como su directora de Comunicación Social en el ayuntamiento de la capital michoacana.
Así, pues, la paternidad de Alfonso Martínez Alcázar en Michoacán Primero es innegable.
Pero, ¿de qué o para qué le sirve ese partido, apenas en pañales, a Alfonso Martínez alcázar?
El proyecto político de Alfonso Martínez Alcázar va más allá de la presidencia municipal de Morelia y apunta a la gubernatura de Michoacán y, en consecuencia, precisa de una plataforma política que le permita placearse, con libertad política, por todo el territorio michoacano.
Pero, ¿para qué, si eso lo puede hacer con el PAN y el PRD, partidos a los que anteriormente desdeñó y ahora besa?
Precisamente necesita a Michoacán Primero por la incongruencia y la conveniencia política de uno y otro, es decir de Alfonso Martínez Alcázar y de los partidos políticos, concretamente el PAN y el PRD; mientras Memo Valencia esté al frente, el PRI no se presta el juego de Martínez Alcázar.
En elecciones anteriores, Alfonso Martínez Alcázar y los institutos políticos, particularmente el PAN, se dieron y se dijeron de todo. Sin partidos es mejor, llegó a decir Alfonso; es corrupto le reviraron desde el PAN.
Líneas arriba se habló del beso de Alfonso Martínez Alcázar a los partidos y ese ósculo no tiene nada de sincero, al contrario es el de la falsedad, es el de la traición, en uno y otro sentido.
Y es que dependiendo de las circunstancias, los que hoy se abrazan, se alaban; ayer se injuriaron agriamente; por ejemplo, están Carlos Quintana Martínez, el PAN y el propio Alfonso Martínez Alcázar.
Carlos y Alfonso se acusaron de todo, principalmente corruptos, y esas verdades que se dijeron ahora las hacen a un lado y, uno al otro, se purifican, pero, ahí está el pero, al paso de tiempo todo puede cambiar y es quien traiciona una vez lo vuelve a hacer.
Y ahí radica la importancia, para Alfonso Martínez Alcázar, de Michoacán Primero. Ahí están sus incondicionales, los que lo apoyan en su proyecto de llegar a la gubernatura; él sabe que ellos no lo van a traicionar, lo que sí puede ocurrir con el PAN, el PRD y el propio Carlos Quintana Martínez.
Todo depende, claro, de que Alfonso Martínez Alcázar gane la reelección,, si pierde, de poco le va a servir Michoacán Primero, porque, ante una eventual derrota, el PAN y el PRD se le van a alejar, esto es claro.
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