Por Miguel González Galván
Una mesa de diálogo, discusión y análisis, cuya temática es de asuntos sociales, económicos, culturales y políticos que, está en marcha cada semana de 19:00 a 20:00 horas en el día que evoca “Mercurio”, generándose en el prestigiado medio de comunicación electrónica “En Contacto Directo” del Programa En la Torre. Este esfuerzo comunicativo es el “Miércoles Policraticus”, que está dedicado a todos los interesados en estos temas.
Policraticus es sin duda la obra más excelsa del inglés Juan de Salisbury (1115-1180), quien a sí mismo gustaba de decirse Johannes Parvus, que es en latín, y que significa Juan el Pequeño. Salisbury filósofo, educador, político, diplomático y obispo de Chartres, una de las figuras universales de su tiempo; quien estuvo en contacto con la intelectualidad europea de su tiempo. Él anheló y concibió, como un siglo y siglo y medio después, lo hicieran Santo Tomás de Aquino y Dante Alighieri, respectivamente, una “Comunidad europea cristiana unificada”, siendo Juan de Salisbury el primero en concebirla.
En Policraticus, Juan de Salisbury establece la diferencia entre un tirano y un príncipe, estableciendo que éste obedece a la ley y gobierna a las personas por sus dictados, considerándose -el príncipe- su sirviente; en tanto el tirano ni obedece la ley ni gobierna con justo título. El príncipe gobierna con base y sustento en la ley, en la gestión de los asuntos de la república y su elevación sobre los demás consiste en la legitimidad de su título y su responsabilidad es superior a los entes privados, por lo que éstos son únicamente responsables de sus asuntos privados, mientras que sobre el príncipe recae el peso de toda la comunidad.
La sugerencia que hace el obispo de Chartres en su obra Policraticus, que es por excelencia el libro del gobernante y el príncipe, que éstos, imperativamente, deben ser personas preparadas, conocedoras de la ley y tener elevada cultura; recomendación ésta que se condensa en la frase: “Un príncipe iletrado es un jumento coronado”. La legitimidad para Salisbury es un elemento fundamental del ente sociopolítico -el Estado- que se traduce en imperio, monarquía, república y en general el gobierno; y arremete contra los tiranos, cuando señala lapidariamente que: “Quien usurpa la espada merece morir por la espada”, frase que evoca que la espada es el poder y el poder debe ser legítimo, no debe ser usurpado.
El legado de Policraticus, publicado en 1159, fue el tardío primer intento medieval de estudiar la filosofía política de manera extensa y sistemática, empero previo a la recuperación del filósofo Aristóteles de parte del cristianismo. Es, pues, un compendio que va de la antigua tradición que había llegado al siglo XII desde Cicerón y Séneca por la vía de la patrística y los jurisconsultos romanos. Esta obra es considerada como un legado de la alta Edad Media que ha servido de sustento antecesor de las expresiones posteriores del renacimiento.
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