Por Héctor Torres
Algo en la que la próxima administración estatal debe poner mucha atención es en la arraigada y nefasta costumbre que tienen algunos funcionarios de otorgar bases a sus incondicionales y, en el peor de los casos, a sus esposas, hermanos, hijos y demás familiares, sobre todo al cierre de una administración, como es el caso del final del gobierno silvanista.
Secretarios, coordinadores y hasta directores tienen la corrupta inclinación, nepotismo, de otorgar bases a amigos y familiares para garantizarles un ingreso monetario en un puesto para el que, muchas veces, no están capacitados.
Ese nepotismo tiene que acabar, se debe poner un hasta aquí a una nefasta práctica que las más de las veces lo único que ocasiona es engrosar el Capítulo 1000 y, hay que reiterar, en muchas ocasiones con personas que no cubren el perfil del cargo que, indebidamente, les otorga un corrupto funcionario.
Corre el rumor de que el coordinador de Agentes de Gobernación, José Reséndiz Dondiego, otorgó a su esposa, Laura García Espinosa, este año, una base en esa dependencia sin mérito alguno.
Esto tendrá que investigarlo a fondo y con lupa la próxima administración porque el nepotismo tiene que erradicarse. En este objetivo un papel protagónico lo tienen los trabajadores afiliados al STASPE, pues ellos conocen a detalle cada uno de los movimientos en las dependencias.
Y sí, el gobierno que entrará en octubre deberá checar a conciencia esa situación porque no debe haber plazas, bases, para personas incapaces, cuyo único mérito es ser esposa, hijo, hermano, familiar o incondicional de un corrupto funcionario.
Ese nepotismo no es exclusivo de la administración estatal, también ocurre en los ayuntamientos y recientemente el alcalde de Erongarícuaro denunció que la administración que le precedió, indebidamente, sindicalizó a personal de confianza.
Discussion about this post