La sociedad en su mayoría sigue percibiendo a Michoacán como un estado inseguro, en donde las violaciones a los derechos de las personas son protagonizados por autoridades y no sólo por delincuentes, subrayó el legislador Eleazar Aparicio Tercero, integrante de la Comisión de Derechos Humanos de la LXXII Legislatura local.
El diputado por el distrito de Pátzcuaro, refirió que el 72.3 por ciento de los michoacanos mayores de edad consideran al estado como inseguro, esto conforme a los datos de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública.
Además de la inseguridad, la violación a los derechos humanos por parte de autoridades se ha convertido en un tema cotidiano, tanto que las denuncias por tortura, abuso de autoridad, cateos ilegales, detenciones arbitrarias, son el pan nuestro de cada día en los medios de comunicación.
El también presidente de la Comisión de Pueblos Indígenas del Congreso local, recordó que en el caso de las comunidades indígenas, las denuncias públicas por persecución, lesiones, hostigamiento, cateos ilegales, y amenazas de los cuerpos de seguridad federales y estatales van al alza, por lo que existe un riesgo latente de confrontación social.
En ese sentido el diputado de extracción perredista consideró que el gobierno federal debe revalorar la estrategia de seguridad que se ha venido instrumentado en la entidad, pues ha quedado evidenciado que no hay avances en la materia.
“Resulta preocupante de que a la ciudadanía, lejos de generarle certeza y tranquilidad la presencia de mayor número de elementos policiacos esto le cause más zozobra y temor, sobre todo porque son los cuerpos de seguridad los más señalados ahora por perseguir, detener, amedrentar y azuzar a la población, eso es lamentable”.
Para Aparicio Tercero las autoridades federales y estatales deben entender que la condición de miedo no es la natural para fomentar el desarrollo de una región, estado o país, y en Michoacán es claro que tal condición sigue prevaleciendo y convive día a día con las personas, lo cual resulta inaceptable y evidencia la falta de efectividad en la estrategia que se ha venido instrumentando.
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