Por Héctor Torres
Muy cercanos uno del otro, Morelia y Charo son el botín para sendos aspirantes a convertirse en sus respectivos alcaldes, ambos, vía la reelección y los dos con severos señalamientos sobre su desempeño como presidentes municipales.
En la capital michoacana, Alfonso Martínez Alcázar va sumando cada vez más hojas a un expediente social que va dando cuenta de una administración, con poco brillo y mucha opacidad, sin la honestidad que pretenden endilgarle.
Corrupción policíaca, moches a los empresarios para la construcción de obras, elevar costos de insumos, abusos por parte de “servidores” públicos municipales son, solamente, algunos de los epítetos atribuidos a Alfonso Martínez Alcázar y su administración.
Los parques lineales -tan alabados por Martínez Alcázar-, Ciudad Administrativa, el agua y su tratamiento, alumbrado público y la basura son, entre otros, los pretextos para inflar los gastos del ayuntamiento y abultar los bolsillos de funcionarios deshonestos que llegan a los cargos para servirse con la cuchara pozolera.
‘Has obra que algo sobra’ es una frase de amplia circulación entre alcaldes –algunos la dirán de broma y otros la tomarán como parte de su quehacer- y que, así de breve, retrata todo un mundo de corrupción en los ayuntamientos.
Sin embargo, el señalamiento sobre el uso de la basura para allegarse recursos ilícitos disfrazados de pulcritud oficial, es algo que demuestra complicidad entre servidores públicos municipales y empresa encargada de tratar la basura.
El contrato indica que a la empresa se le pagará cierta cantidad por tonelada ingresada al relleno, pero el negocio está en que alteran el volumen de basura que entra y, en consecuencia, hay un desfalco al ayuntamiento, ¿y de todos los funcionarios del ayuntamiento, cuál o cuáles son los ganones?
Y en Charo? Un ayuntamiento abigeo
En Charo, Salvador Cortés Espíndola también, como en Morelia, busca la reelección y lo hace por la vía independiente. Y no, no es tan pulcro como él se dice.
Resulta que la síndica de ese municipio, Sara Edith Facio García, denunció ser blanco de amenazas por parte de Salvador Cortés Espíndola y todo comenzó, explicó, cuando acudió a la Fiscalía a presentar su declaración, como testigo, por el robo de tres vacas aseguradas por el ayuntamiento de Charo por encontrarse en vía pública.
El propietario apareció y las reclamó, pero “las vacas desaparecieron y no fueron localizadas” y ante esa situación Salvador Cortés Espíndola le ordenó, tajantemente, desacatar el citatorio de la Fiscalía y no rindiera su declaración.
Ella no aceptó ni acató esa orden porque la desaparición de los vacunos es un ilícito y un delito, podría ser de abigeato, y afirmó que se pronunció porque se investigara a fondo y se deslindaran responsabilidades.
Acudió a rendir su declaración que no fue del agrado de Chava Cortés y a partir de ahí comenzó la violencia verbal y psicológica “en mi contra por parte del presidente municipal Salvador Cortés Espíndola, violencia “que a la fecha persiste”.
Tiene miedo, por lo que le pueda pasar y, sin dudarlo, afirma que hace responsable al presidente municipal de Charo, Salvador Cortés Espíndola, “de lo que me pueda suceder a mí y a mi familia”.
Y regresó a la Fiscalía, ya no como testigo de un presunto caso de abigeato en el propio ayuntamiento de Charo, sino como denunciante a presentar “denuncia formal en contra de Salvador Cortés Espíndola –el 27 de octubre del 2023- por
Y bueno, en este caso, ¿qué oculta Salvador Cortés Espíndola; a quién protege por la desaparición de los semovientes?
Y se buscó a Salvador Cortés Espíndola para conocer su opinión sobre esa denuncia…, y vaya qué complicado es acercársele. Trae en su entorno escoltas prepotentes y con actitudes de Guachomas (guaruras, choferes y mayates) que inhiben el acercamiento a Chava Cortés, y eso no es nada, pero nada bueno para su reelección.
Esa actitud de sus escoltas la intenta justificar Chava Cortés con el argumento de que ha sido amenazado de muerte y, como si de un divo se tratase, intenta dirigir la entrevista y lamenta la actitud de la síndica a la que acusa de ser manipulada por los partidos políticos y de votar en contra de muchas cuestiones positivas para Charo.
La calificó de mentirosa, de no tener pruebas de lo que lo acusa y afirmó que los partidos están utilizando a una mujer para generar polémica en un municipio.
Todo está bien, es el punto de vista de Chava Cortés, pero, ¿y las vacas apá?, ¿Quién o quiénes se quedaron con ellas, o ya se las comieron?
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