Por Héctor Torres
Pese a la presencia de gran número de adultos mayores y mujeres, la Policía Municipal de Morelia actuó con fuerza desmedida para desalojar a los habitantes de Jesús de Monte que se manifestaron para exigir que Raúl Morón Orozco saque las manos en el proceso de elección del Jefe de Tenencia de esa comunidad y deje a quien actualmente ostenta ese cargo.
No hay nada que justifique el procedimiento de los policías; su protocolo está plagado de mucha violencia y nada de diálogo. ¿Dónde están los funcionarios municipales encargados de atender esa situación y buscar, mediante la palabra civilizada una solución? A Humberto Arroniz no se le vio por ahí, mucho menos al alcalde.
Más tarde llegó por el lugar el director de gobierno municipal en Morelia, Pedro Vázquez, a quien responsabilizaron de haber azuzado a los policías en su contra y arremetieron contra él, aplicando la ley de Newton, “a toda acción corresponde una reacción con la misma fuerza e intensidad, pero en sentido contrario”.
Lo cierto es que ante la ausencia de funcionarios de primer nivel, como Arroniz y Morón, los policías actuaron como lo han venido haciendo; con violencia.
Y queda una pregunta, los policías ¿actuaron así por órdenes superiores, por iniciativa propia o porque su capacidad y formación es limitada y no saben hacerlo de otra manera?
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