• Lo anterior, a 59 años de que las mujeres acudieron por primera vez a las urnas a emitir su voto

  MORELIA, MICH., Julio 03 de 2014.- El ejercicio de la ciudadanía activa por parte de las mujeres, no sólo es un acto de justicia, es una necesidad de la democracia y de la modernidad, señaló la diputada Cristina Portillo Ayala, en el marco de la Conmemoración del 59 Aniversario del voto femenino.   A casi 60 años del sufragio activo como realidad para nosotras, agregó la legisladora, debemos recordar  la escasa participación de las mujeres en la conformación de las leyes, en la conducción de los asuntos públicos, en la disposición sobre los recursos sociales y en la administración de justicia.   Nuestro objetivo como mujeres de vanguardia es abrir puertas a  la presencia de otras mujeres en altas posiciones políticas y contribuir a orientar los recursos, no sólo a favor de nuestro adelanto, sino también para modificar el funcionamiento del sistema político.   La presidenta de la Comisión de Equidad y Género de la LXXII Legislatura refirió que el estado mexicano ha adquirido la obligación de promover la participación política de las mujeres a través de la firma de tratados internacionales como la Convención sobre los Derechos Políticos de la Mujer, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), y las Conferencias Mundiales en el Cairo (1994) y Beijing (1995).   Lo anterior, ha tenido como consecuencia reformas, ajustes y modificaciones legislativas que han permitido impulsar la presencia de las mujeres mexicanas en cargos de administración y representación. El puesto más alto que han ejercido las mujeres en la Administración  Pública Federal, dijo, ha sido el de Secretarias de Estado. A la fecha, sólo 23 mujeres han ocupado este cargo.   Portillo Ayala  refirió que la paridad es una aspiración posible y necesaria para el fortalecimiento de la democracia y la representación de la diversidad social, así como de la gobernabilidad de los países sobre la base de la igualdad entre los géneros en la representación política y en los altos cargos de la administración pública.   Las mujeres, subrayó, somos responsables de que la paridad no sea letra muerta, no sólo por ocupar los espacios, sino por luchar porque los avances legislativos sean consistentes y congruentes, más allá de las interpretaciones facciosas o hasta ignorantes.   En este sentido, la legisladora conminó a no permitir la existencia de mujeres de primera y de segunda categoría, y reiteró su compromiso para seguir trabajando y luchando por una mayor participación de las mujeres en la vida política y social y en la eliminación de todas las formas de discriminación existentes para el logro de una igualdad sustantiva y verdadera.

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