«No me importa saber si un animal puede razonar, solo sé que es capaz de sufrir y por ello lo considero mi prójimo.» Albert Schweitzer

La defensa de los derechos de los animales, incluida la erradicación de las corridas de toros, es una ola humanista que cada día toma más fuerza y que ya nadie podrá detener.

En la imagen, tomada, supongo, después de que en el Congreso se rechazó la iniciativa de ley para erradicar la tauromaquia en la entidad, identifico a la diputada Macarena Chávez Flores, que fue exhibida cuando se mensajeaba con un matador de toros al que le daba esperanzas de que la iniciativa no pasaría. Con ello demuestra que hay conflicto de interés en su actuación como legisladora, cargo, dicho sea de paso, que no ganó en las urnas sino en la designación que hizo la cúpula panista. Es, pues, diputada no electa por la ciudadanía y, tal vez por ello, está más comprometida con el poder económico que prevalece detrás de las corridas de toros.

También está la tortera, dicho con todo respeto porque vender tortas no es denigrante, Marbella Romero, quien en las redes sociales es conocida como Ladyregidora, no porque haya sido muy eficiente en ese cargo sino por la violencia con la que se conduce, la misma violencia que refleja el asesinato y la tortura a la que son sometidos los toros con una crueldad a la que se quiere dar tintes de arte.

Ahí está el “periodista”, Raúl Puente Morales, a quien los verdaderos trabajadores de los medios de comunicación, que sí saben escribir y dignifican su profesión, conocen como “el farsante” por medrar del noble ejercicio del periodismo, y “el plomo” por lo pesado y presuntuoso. A él en verdad le queda a la medida el refrán de “dime de qué presumes y te diré de qué careces”.

A los demás no los identifico pero, sin duda, igual que los citados, aplaudirán a rabiar el asesinato que con las agravantes de premeditación, alevosía y ventaja se muestra en el vídeo y el cual, las personas de nobles sentimientos, no verán en su totalidad.

“Llegará un día en que los hombres como yo, verán el asesinato de un animal como ahora ven el de un hombre”. Leonardo Da Vinci.

El vídeo muestra la tortura, la crueldad, el crimen que se comete en contra de un becerro, que ni siquiera cuenta con astas suficientemente grandes para defenderse de la “inteligencia humana” y este es “el arte y la tradición” que Macarena, Marbella y Raúl, entre otros, pretenden para Michoacán y que, de ninguna manera, representa la cultura michoacana.

Es lamentable que esa tortura al toro provoque muertes sin sentido de hombres, jóvenes y mayores, que dejan huérfanos y viudas por una actividad inhumana que de arte no tiene nada.

La defensa de los derechos de los animales es una ola humanista que paulatina, lenta, pero inexorablemente va creciendo, es una ola a la que ya nadie detendrá y alcanzará su cresta cuando la tauromaquia sea eliminada de Michoacán.

La palabra perder no existe en el léxico animalista. Esto apenas comienza

Los animalistas que están en contra de la tauromaquia y a favor del derecho de los animales, advierten que perdieron una batalla, pero no la guerra, y se mantendrán firmes en su postura de luchar porque esa práctica se destierre de la entidad, y afirman que en ese asunto les asiste el Estado de Derecho.

 

Dicen no entender a quienes afirman que “perdimos; que los animalistas perdimos la batalla contra la tauromaquia; tal vez, una batalla pero seguiremos dando guerra porque nos asiste el Estado de Derecho”.

 

Destacan que la palabra perder no está en el diccionario de ningún animalista ni activista de vocación, y advierten: recuerden  que «cuando el río suena… Son los animalistas que se están reagrupando. Los animalistas haremos historia”.

 

Señalan que políticos alejados de la ciudadanía, siempre han existido, al igual que  buenos líderes al frente de hombres de buena voluntad y estos son más, muchos más, y son los que, al final del día, alzarán la voz por los sin voz y la tauromaquia se desterrará de Michoacán.

 

“Un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales”.  Mahatma Gandhi

 

 

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